Se trata de un ave capaz de anticipar la muerte de un hombre a causa de una enfermedad, y también puede curarlo.
Dicen las historias que la calandria posee un espeso plumaje blanco, sin oscuridad alguna y vive en la casa del rey. Si mira fijamente el rostro de un hombre enfermo, significa que vivirá, pero si desvía la mirada, significa que el enfermo morirá. Para curar al hombre, la calandria lo mira fijamente y transfiere la enfermedad a si misma, para luego alzar vuelo y dirigirse en dirección al sol, donde la enfermedad comienza a arder dada la proximidad con el astro, y así es destruirla.
Se trata de uno de los tantos animales embellecidos con narraciones mitológicas, que aparecieron en los primeros bestiarios, donde la mayor parte de los autores jamas habían visto a estos animales y les otorgaban asombrosas habilidades. En el caso de la calandria, se trata de una descripción basada en alegorías religiosas; el ave representa a cristo, puro, níveo y carente de oscuridad. Y dado que los judíos no creyeron en él, Cristo aparto su mirada de ellos y la dirigió hacia los gentiles, cargando consigo los pecados de la cruz. Cristo aparto su mirada también de quienes no se arrepintieron de sus pecados, pero a aquellos que lo miraron fijamente, los acogió y les dio la bendición del padre.
Cada día Cristo, como la calandria, nos asiste en nuestra enfermedad, examina nuestra mente en la confesión y cura a quienes muestran la gracia del arrepentimiento. Pero, vuelve su rostro contra aquellos que no se arrepienten.
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